Modelo para los sistemas de alerta basados en PAC
Cuando los datos muestran que las condiciones climáticas anuncian la llegada de un ciclón tropical, los científicos y los administradores de emergencias se apresuran para evaluar el peligro. Las observaciones aéreas y satelitales complementan los datos de superficie, ayudando a las autoridades locales a decidir dónde y cuándo emitir alertas públicas oficiales. Con las sofisticadas observaciones actuales de la Tierra, los mapas, las comunicaciones y la tecnología de la información, la alerta temprana puede salvar innumerables vidas. Sin embargo, las sociedades continúan sufriendo inmensamente debido a los desastres ocasionados por varios eventos en diferentes lugares del mundo. Las vidas que pueden salvarse aún se pierden, a menudo por falta de avisos confiables y oportunos que lleguen a las poblaciones afectadas. Y, en algunos casos, cuando las alertas son oportunas, un público sin educación o sin preparación no podrá actuar lo suficientemente rápido como para proteger sus vidas y/o sus bienes.
En muchos países del Caribe, existe una situación donde hay muchos pasos entre la notificación de una amenaza de peligro recibida por las autoridades, por ejemplo, la oficina meteorológica, la oficina nacional de desastres, el departamento de policía, etc., y el momento en que se difunde al público. Por ejemplo, la Oficina meteorológica puede necesitar informar al Primer Ministro o al Gobernador que se acerca un huracán, quien luego le da autorización a la OND para informar a los servicios y las organizaciones de emergencia del distrito. Mientras tanto, la Oficina Met se está comunicando con los medios de comunicación para difundir información al público en general. Dependiendo del tipo de peligro, pueden variar el flujo del proceso, las partes involucradas y los medios de diseminación utilizados. Más significativamente, para eventos de inicio rápido como un tsunami, un proceso tan extenso que depende de la intervención humana y la repetición, necesita un tiempo valioso y crea un margen de error en la transmisión y la mala interpretación, que puede conducir a mayores pérdidas. En esto radica el caso del Protocolo de Alerta Común (PAC).